La otra escala, introducida al comienzo del
siglo XX por el sismólogo italiano Giuseppe Mercalli, mide la intensidad de un
temblor con gradaciones entre I y XII. Puesto que los efectos sísmicos de
superficie disminuyen con la distancia desde el foco, la medida Mercalli
depende de la posición del sismógrafo. Una intensidad I se define como la de un
suceso percibido por pocos, mientras que se asigna una intensidad XII a los eventos catastróficos que provocan destrucción total. Los
temblores con intensidades entre II y III son casi equivalentes a los de
magnitud entre 3 y 4 en la escala de Richter, mientras que los niveles XI y XII
en la escala de Mercalli se pueden asociar a las magnitudes 8 y 9 en la escala
de Richter.
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