Los métodos sísmicos de prospección utilizan
explosivos para generar ondas sísmicas artificiales en puntos determinados; en
otros lugares, usando geófonos y otros instrumentos, se determina el momento de
llegada de la energía refractada o reflejada por las discontinuidades en las
formaciones rocosas. Estas técnicas producen perfiles
sísmicos de refracción o de reflexión, según el tipo de fenómeno registrado. En
las prospecciones sísmicas de petróleo, las técnicas
avanzadas de generación de señal se combinan con sistemas
sofisticados de registro digital y de cinta magnética
para un mejor análisis de los datos. Algunos de los
métodos más avanzados de investigación sísmica se usan en la búsqueda de petróleo.
El perfilado sísmico de reflexión, desarrollado
en la década de 1940 para la exploración petrolera, ha sido utilizado en los
últimos años en investigación básica. En la actualidad hay programas
destinados a descifrar la estructura de la corteza continental oculta que han
usado esta técnica para sondear rocas a decenas de kilómetros de profundidad;
con ellos se resuelven muchos de los enigmas sobre el origen y la historia de determinados puntos de la corteza terrestre.
Entre los grandes descubrimientos obtenidos destaca una falla casi horizontal
con más de 200 km de desplazamiento. Esta estructura, situada en el sur de los
Apalaches de Georgia y de Carolina del Sur, representa la superficie a lo largo
de la cual una capa de roca cristalina se introdujo en rocas sedimentarias como
resultado de la colisión gradual entre América del Norte
y África durante el pérsico, hace 250 millones de años.
Investigaciones llevadas a cabo en el mar del
Norte, al norte de Escocia, han trazado estructuras aún más profundas, algunas
se extienden bajo la corteza, dentro del manto terrestre, a casi 110 km de
profundidad.
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